Visita a la granja escuela

Ayer Sofía tuvo su primera excursión escolar. Se los llevaron por la tarde a una granja escuela, traslado en autobús incluído. Toda una aventura para una niña de tres años. Llegó agotadita la pobre, no me extraña. Pero se lo pasaron muy bien.

Es un poco difícil a esta edad llevar una conversación decente así que me he hecho más idea de lo que hicieron visitando la página web de la granja escuela que por lo que me contó ella. Algo así como:

- ¿Te lo has pasado bien?

- siiiiiiiii

- ¿has visto muchos animalitos?

- siiiiiiii

- ¿qué animales has visto?

- no sé ... ... ... ¡patos!

- ¿y una vaca?

- siiiiiiiii

- ¿y un cerdo?

- siiiiiiiiiii

aquí es cuando estuve tentada de preguntarle si un dragón, convencida de que me hubiera dicho también que "siiiiiiiiiiii" pero me contuve...

Pero el caso es que sí. Parece que vieron todos esos animales (excepto el dragón) y muchos más. Y también debieron ver el huerto y el invernadero, aunque de éso no me ha dicho nada. Por la nota de la guardería sé que iban a ver a los animales y a darles de comer y luego a merendar todos juntos en la pradera (mi hija ha heredado la buena suerte con el tiempo de su padre. En medio de una semana extraordinariamente lluviosa para lo que es Zaragoza, no les cayó ni una gota)

La verdad es que a mí esto de las granjas escuela me tiene fascinada. Ya podría haber habido estas cosas cuando yo era niña, porque me avergüenza reconocerlo, pero yo que no he tenido pueblo hasta que me casé y adopté el de mi marido (o me adopto el pueblo a mí, según se mire), tendría serias dificultades para reconocer, así sobre el terreno, la mayoría de verduras típicas de un huerto. Mi relación directa con los animales de granja se limita a una vez que estuvimos en el pueblo de mi ex tía (o sea, la ex mujer de mi tío) y un cerdo me pegó un susto de muerte (aunque disfruté mucho con los conejitos... hasta que me acorde de que en realidad sólo son comida...) Experiencia traumática aquélla... tendría yo por aquél entonces... yo qué sé... ¿12 o 13 años? ¿veis como me habría hecho falta una buena granja escuela de pequeñita? o más veranos en un pueblo con animalitos como ése... No ha sido hasta después de casarme cuando he descubierto el auténtico significado de "ir a por rebollones" (hasta entonces igual a "vamos al corte inglés a comprar unas setas")

¿Y qué me decís del extraordinario placer de comerse una fruta recién cogida del árbol o preparte una ensalada con lechugas y tomates de tu propio huerto? es una idea fija en mí. Siempre he pensado que cuando sea millonaria y tenga una gran casa con un gran jardín (y un jardinero que lo cuide, claro) tendré también unos cuantos árboles frutales y un pequeño huerto, para consumo propio. Creo que me viene de una vez, hace la tira de años, en que estuve con mis padres en casa de unos amigos suyos que tenían su huertito y al irnos nos dieron una cebollas que nosotros mismos sacamos de la tierra. Recuerdo muy bien que por aquella época andaba con mi manía de negarme a comerme la tortilla de patatas con cebollas pero esa noche hicieron una y como la cebolla la habíamos cogido nosotros mismos consentí en que la echaran y me la comí tan a gusto y me supo a gloria.

Sí, definitivamente, como primera excursión escolar de verdad de mi hija me ha gustado (antes habían ido a la plaza cercana a coger hojas en otoño, o al mercado a comprar la fruta para la merienda, por ejemplo, pero no había autobús donde cantar a la ida y a la vuelta, no cuenta... ah, eso también me lo confirmó Sofía, si que habían cantado en el autobús. Canciones de animales, claro...)

Recuerdo aquél reportaje sobre los comedores escolares en Gran Bretaña. Ése en que un cocinero famoso allí se proponía como reto conseguir que los niños comieran verdura. Una de las primeras cosas que les hacía era llevarles varias verduras a clase y preguntarles sus nombres... os imagináis los resultados, ¿verdad? ¿No os parece una barbaridad tanto desconocimiento de lo más básico? a ver, que tampoco hace falta que seamos todos expertos agricultores y ganaderos, para esto la especialización en el trabajo y el dinero como medio avanzado de trueque. Pero de ahí a no reconocer un calabacín o una mata de acelgas... luego que no se comen bastantes frutas y verduras... si en la propia casa tampoco los ven...

¿Qué os parece? ¿estamos demasiado urbanizados? ¿saben nuestros niños algo de animales o plantas? vale, ya estoy viendo venir la respuesta de una de vosotras en concreto... adelante... machácame, sé que tus niñas saben cien veces más de esto que yo... y no creas, en parte las envidio...