Un aula en el campo




“-¿De dónde viene la leche?.
-Pues de las vacas hijo (¡a punto estuve de decirle del mercadona!).
-Pero, ¿por dónde le sacas la leche a las vacas?
-Eh…por las ubres cariño.
-Pero, ¿qué son ubres?”

Esta y otras escenas pueden sucederse cuando los niños no entienden por qué en su clase le dicen que los alimentos proceden de la naturaleza, y sus padres los traen siempre del supermercado. No creamos que esta confusión sólo ocurre en la etapa preescolar. Algunos niños más mayores, e incluso adolescentes, dudan acerca del origen de determinadas frutas y verduras (“¿pero esto crece en un árbol, en un arbusto o se siembra?”), o del procedimiento que se emplea para extraer la materia prima de los animales en la elaboración de productos.

Existen los afortunados, que han logrado que el abuelo les hable de cuando se levantaba pronto para llevar al ganado a pastar, o cuando la abuela hacía bizcochos con la harina del propio trigo cultivado. Otros ven los huertos desde la ventanilla del coche en los viajes, o en sus vacaciones de verano al pueblo.

Los padres a duras penas consiguen sacar tiempo los fines de semana para llevar consigo a sus hijos, metidos en los carritos de la compra, al tiempo que vacían los estantes y van enseñándoles el tipo de comercio o sección donde se ubican los elementos que papá y mamá van tachando de la lista.
El niño coge el queso, lo llama por su nombre y aprende el pasillo, en el que ir a buscarlo, pero sigue faltándole un eslabón en la cadena que le recuerde, que la oveja o la cabra juegan un papel importante.

Visita a la granja escuela

Ayer Sofía tuvo su primera excursión escolar. Se los llevaron por la tarde a una granja escuela, traslado en autobús incluído. Toda una aventura para una niña de tres años. Llegó agotadita la pobre, no me extraña. Pero se lo pasaron muy bien.

Es un poco difícil a esta edad llevar una conversación decente así que me he hecho más idea de lo que hicieron visitando la página web de la granja escuela que por lo que me contó ella. Algo así como:

- ¿Te lo has pasado bien?

- siiiiiiiii

- ¿has visto muchos animalitos?

- siiiiiiii

- ¿qué animales has visto?

- no sé ... ... ... ¡patos!

- ¿y una vaca?

- siiiiiiiii

- ¿y un cerdo?

- siiiiiiiiiii

aquí es cuando estuve tentada de preguntarle si un dragón, convencida de que me hubiera dicho también que "siiiiiiiiiiii" pero me contuve...

Pero el caso es que sí. Parece que vieron todos esos animales (excepto el dragón) y muchos más. Y también debieron ver el huerto y el invernadero, aunque de éso no me ha dicho nada. Por la nota de la guardería sé que iban a ver a los animales y a darles de comer y luego a merendar todos juntos en la pradera (mi hija ha heredado la buena suerte con el tiempo de su padre. En medio de una semana extraordinariamente lluviosa para lo que es Zaragoza, no les cayó ni una gota)

La verdad es que a mí esto de las granjas escuela me tiene fascinada. Ya podría haber habido estas cosas cuando yo era niña, porque me avergüenza reconocerlo, pero yo que no he tenido pueblo hasta que me casé y adopté el de mi marido (o me adopto el pueblo a mí, según se mire), tendría serias dificultades para reconocer, así sobre el terreno, la mayoría de verduras típicas de un huerto. Mi relación directa con los animales de granja se limita a una vez que estuvimos en el pueblo de mi ex tía (o sea, la ex mujer de mi tío) y un cerdo me pegó un susto de muerte (aunque disfruté mucho con los conejitos... hasta que me acorde de que en realidad sólo son comida...) Experiencia traumática aquélla... tendría yo por aquél entonces... yo qué sé... ¿12 o 13 años? ¿veis como me habría hecho falta una buena granja escuela de pequeñita? o más veranos en un pueblo con animalitos como ése... No ha sido hasta después de casarme cuando he descubierto el auténtico significado de "ir a por rebollones" (hasta entonces igual a "vamos al corte inglés a comprar unas setas")

¿Y qué me decís del extraordinario placer de comerse una fruta recién cogida del árbol o preparte una ensalada con lechugas y tomates de tu propio huerto? es una idea fija en mí. Siempre he pensado que cuando sea millonaria y tenga una gran casa con un gran jardín (y un jardinero que lo cuide, claro) tendré también unos cuantos árboles frutales y un pequeño huerto, para consumo propio. Creo que me viene de una vez, hace la tira de años, en que estuve con mis padres en casa de unos amigos suyos que tenían su huertito y al irnos nos dieron una cebollas que nosotros mismos sacamos de la tierra. Recuerdo muy bien que por aquella época andaba con mi manía de negarme a comerme la tortilla de patatas con cebollas pero esa noche hicieron una y como la cebolla la habíamos cogido nosotros mismos consentí en que la echaran y me la comí tan a gusto y me supo a gloria.

Sí, definitivamente, como primera excursión escolar de verdad de mi hija me ha gustado (antes habían ido a la plaza cercana a coger hojas en otoño, o al mercado a comprar la fruta para la merienda, por ejemplo, pero no había autobús donde cantar a la ida y a la vuelta, no cuenta... ah, eso también me lo confirmó Sofía, si que habían cantado en el autobús. Canciones de animales, claro...)

Recuerdo aquél reportaje sobre los comedores escolares en Gran Bretaña. Ése en que un cocinero famoso allí se proponía como reto conseguir que los niños comieran verdura. Una de las primeras cosas que les hacía era llevarles varias verduras a clase y preguntarles sus nombres... os imagináis los resultados, ¿verdad? ¿No os parece una barbaridad tanto desconocimiento de lo más básico? a ver, que tampoco hace falta que seamos todos expertos agricultores y ganaderos, para esto la especialización en el trabajo y el dinero como medio avanzado de trueque. Pero de ahí a no reconocer un calabacín o una mata de acelgas... luego que no se comen bastantes frutas y verduras... si en la propia casa tampoco los ven...

¿Qué os parece? ¿estamos demasiado urbanizados? ¿saben nuestros niños algo de animales o plantas? vale, ya estoy viendo venir la respuesta de una de vosotras en concreto... adelante... machácame, sé que tus niñas saben cien veces más de esto que yo... y no creas, en parte las envidio...

Campamentos de verano en una Granja-Escuela de Elche

La novedad de este campamento de verano es que los niños se alojarán en cabañas de madera. Además, el destino cuenta con un lago artificial de más de 2.000 metros cuadrados, donde pueden realizarse deportes acuáticos. Pasear a caballo, participar en el cuidado y mantenimiento de los animales y realizar comidas caseras, son algunas de las actividades en las que los niños podrán participar, siempre en un entorno natural.

"Facilitamos la conciliación de la vida familiar y laboral. Los padres y las madres están trabajando y tienen así la posibilidad de que sus hijos están bien cuidados, al tiempo que se encuentran en un buen ambiente, al aire libre, donde pueden jugar y divertirse. Es un lugar que repetimos porque los padres y los niños están encantados", explica la concejala de Infancia, Ángela del Portillo.

Los campamentos se realizarán del 1 al 15 y del 15 al 30 de julio, con 75 niños y niñas en cada grupo. El precio de cada campamento es de 115 euros, e incluye transporte, seguro médico, pensión completa y todas las actividades.

Guia de trabajo

Mediante esta pequeña metodología podemos sacar un buen rendimiento a un día de aprendizaje en una granja escuela. A través de un sencillo power point podemos recopilar las principales acciones o metodología a seguir durante una jornada de visita a una granja escuela tipo. A través de sencillas pausas podemos conseguir una adecuada asimilación por parte del alumnado de las vivencias propias en una granja.

VIDEO MUSICAL GRANJA ESCUELA

  • Una forma amena de aprender...



Gracias a los medios informáticos que disponemos, una manera muy amena de aprendizaje son los video musicales. Estos captan con mayor fuerza la atención de los pequeños, especialmente, que cualquier actividad normal de clase. A través de estos videos, a priori, podemos enseñarles antes de la visita a cualquier granja las actividades que normalmente se suelen realizar in situ. Cabe destacar que al ser el video de dibujos animados, la atención a los mismos por parte del alumnado infantil es alta, así como la asimilaciónd de conceptos, o modus operandi , a priori de la visita a las instalaciones de la granja escuela.

ALIMENTAR A UN CABALLO EN UNA GRANJA

  • Como todos sabemos, los caballos es una pasión para los niños. Una actividad motivadora para el conocimiento de los mismos es su alimentación. Fijaos como podemos dar de comer a este animal, como medio educador de la naturaleza.



Fotos de Granjas Escuelas

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